"LA CAPITAL, CAMBIA" "Osvirocha"
Por Dannerys Arias R.
Esta tarde cuando me dirigía junto a mi esposa para el programa televisivo que ambos tenemos en el canal 100 RVida T.V.; escuche a una jovencita exponer en una reunión unas palabras que me puso a pensar bastante, ella al parecer preocupada por su compañera que se iba del ministerio le manifestó a quien dirigía la reunión la siguiente expresión “la capital, cambia”; quise detenerme y dar respuesta a esta oración que la adolescente decía; pero los compromisos y el tiempo me invitaron a seguir adelante en el pasillo.
De muy joven aprendí una lección de vida; en mis años mozos, tenía una relación de noviazgo con una joven que la misión principal era tratar de enderezarle los pasos a su mejor amiga; ya que esta siempre estaba en conflicto con sus padres y tenia algunos vicios escondidos; a tal punto que en nuestras conversaciones nocturnas fueron más los abrazos consolándola por las desgracia que pasaba su amiga, que los de pasión (que cosa).
Su amiga era una joven educada en el mejor colegio y de padres acaudalados; pero su rebeldía rompía todas las fronteras; lo que más me llamaba la atención de esta joven era su aspecto sobrio, pausado y callado (totalmente introvertida), a tal punto que podía hablar contigo y en pocas ocasiones gesticulaba palabras y en su mayoría solo manifestaba gestos, siempre mirando a los ojos (razón por la cual sus padres le creían muchas mentiras y no entendían el porqué se desacataba en algunas ocasiones) .
Aquella joven, inventaba actividades ficticias para escapar de sus captores (sus padres) y luego llamaba a las amigas diciéndole “si mi padre te llama dile que me fui ahora mismo de tu casa, y llámame huyendo). Un tiempo después al alejarme de su amiga nunca supe de esta joven; años más adelante en un espectáculo al aire libre; vi aquella joven desde lejos que me clavo su mirada profunda y su reacción con toda sinceridad me sorprendió! me bocio como en buen dominicano, hablaba de manera extrovertida con ademanes efusivos, abrazaba, se reía a carcajadas (que hasta pensé que estaba ebria pero no era así); tanto fue así que lo único que dije “Que te hiso cambiar tanto”, “pareces otra persona en el cuerpo de ……”; y ella me dijo lo siguiente: "Dannerys, yo no cambie, nunca he cambiado, siempre he sido yo; esta que tú ves ahora era la que estaba encerrada en la otra, esa si era falsa”.
Después de eso entendí, el síndrome de autenticidad encerrada en muchas manifestaciones de personalidad, que por complacer al patrón social, a la familia, a la religión nunca despiertan su propio “yo”; es igual que mucha gente dice, que el dinero cambia y no es cierto; el dinero no cambia a las personas, más bien da a conocer al mundo lo que en verdad son, la libertad y la opulencia te quitan la máscara social y te rompen las cadenas, si eres buena en verdad, lo serás; si eres malo en verdad lo serás, las personas no cambian, cambian las circunstancias.
Por todo esto esa expresión “la capital, cambia”, creo que las condiciones de fuera (exógenas), nunca pueden cambiar las condiciones de adentro (endógenas) si están bien sementadas o arraigadas en los valores y las buenas costumbres; ahora si son débiles o no nos conocemos nosotros mismos y queremos conocer el medio que nos rodea; es ahí cuando comienza a primar en tu conducta, en tu forma de actuar el medio en que estas, no quien en verdad eres, ahí te absorbe el sistema.
Otra cosa que tenemos de negativo es que muchas veces en la vida vivimos con el temor de demostrar en verdad quiénes somos y por no soltar nuestro yo interior nos convertimos en animales domesticados por nuestro entorno social.
Y termino diciendo: La capital (en este caso capital es tipología de entorno, compañeros, circunstancias) no cambia a nadie; eres tú que te dejas cambiar!. Abastécete de buenos valores cristianos, familiares y morales; y creo que ni la capital, ni el dinero, ni mucho menos la libertad del mundo, te cambiaran; porque tendrás ya tu propia libertad, tu libertad………. será Cristo!
