El nacimiento de Jesucristo."Osvirocha"

Por: FAUSTO PIÑA

La repetición de fechas, hace factible la recordación de hechos de gran importancia, como lo es el nacimiento de Jesucristo. Aunque existen grandes controversias sobre la fecha del nacimiento del hijo de María y José, sí, se puede afirmar con claridad meridiana que él nació. La sola circunstancia de admitir el nacimiento de él, es suficiente para responsabilizarnos a creer en él. Que el mundo acepte esta realidad, es una prueba de sensatez.

Extraño es que la mayoría de las personas no hayan depositado fe en Jesucristo, cuando en realidad se ha presentado a él, como un valor espiritual y sin duda, sus doctrinas son las más puras y contundentes que pueden existir para la convivencia social y para el desarrollo del espíritu humano. Obvio es que, nadie puede negar la eficacia transformadora que han ejercido y ejercen las doctrinas cristianas en el ser humano.

Pero, también es verdad que  el cristianismo, no ha alcanzado la meta que humanamente puede esperarse que alcance. Mas, Jesús fue objetivo en su planteamiento, pues asumió la posición de que la mayoría de las personas no le aceptarían como su Salvador. Por eso dijo: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” Mt. 7:13, 14.

Jesús sabía que al venir al mundo, su éxito consistía en dar una oportunidad a los hombres de salvarse del pecado y sus consecuencias. Pero, tenía sobrado conocimiento de la razón por la cual muchos no le seguirían. El declaró: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” Jn. 3: 19, 20.

El mundo está transitando por una ruta peligrosa, llena de maldades, que sin necesidad de profundizar se puede divisar desde lejos. Los actos de injusticia social, en la distribución de las oportunidades para adquirir riquezas, la explotación del hombre por el hombre, las diferentes discriminaciones humanas, y sobretodo, la manipulación de la ausencia de valores morales y espirituales son indicadores de la desviación de la humanidad.

En la actualidad, el hombre se comporta como un ser sin razonamiento, sin conciencia, sin conocimiento y sin sabiduría. Tenemos en el frente de cada uno la verdad de Dios, en ese libro que se llama la Biblia, y hasta la verdad humana basada en la moral, sin embargo, el hombre ha optado por ponerlas a un lado, y ha decidido guiarse por los malos deseos y los sentimientos. Es ahí, donde el ser humano se ha perdido, en el fango de las tinieblas.

Pero, la presencia de Cristo en el mundo, es la esencia de la verdad, de la vida y del camino correcto. Si entendiéramos a Jesús y sus enseñanzas, el hombre encontraría una luz en este mundo para guiarle. El es la luz del mundo, y por eso dijo: “Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” Jn. 3:21.

El nacimiento de Cristo, es una buena razón para que el hombre nazca de nuevo, creando en sí un nuevo hombre, un nuevo modelo de vida, y dando una nueva esperanza a la humanidad. El apóstol Pablo escribió: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2 Co. 5:17.

Dios le bendiga.

JPM